ADOLESCENCIA AMENAZADA

Alcohol y tabaco son las sustancias más consumidas por los alumnos secundarios. Tareas preventivas. La accesibilidad de los adolescentes a sustancias adictivas es cada vez mayor. A diferencia de las drogas duras, las campañas de prevención basadas en tabaquismo y alcohol no parecen alarmar demasiado a los más jóvenes. Según los investigadores casi el 40% de los chicos escolarizados admite haber consumido cigarrillos o bebidas alcohólicas antes de los 15 años. El gran salto parece darse al finalizar la escuela primaria, momento en que los adolescentes asocian al consumo con patrones de comportamientos positivos:

  • desinhibición,
  • aumento de la autoestima
  • e integración a un grupo.

El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación considera que la falta de sentido y de perspectiva de futuro en la vida de los chicos son las principales motivaciones que los llevan a las adicciones. Por esta razón, puso en marcha una serie de programas de prevención que tiene como objeto "construir futuro e integrar a los jóvenes como ciudadanos".

En la actualidad, más de 600 centros de actividades juveniles en todo el país ofrecen acciones que responden a sus intereses y expectativas. El proyecto intenta fortalecer la temática en la currícula escolar y restituir a la escuela, en su rol de institución de transmisión cultural, a través de propuestas de extensión formativa. De este modo, trabaja en acciones de capacitación juantamente con la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), para que el aula resulte el ámbito adecuado para las intervenciones preventivas.

El Observatorio Argentino de Drogas, del Sedronar, coordinado por Diego Alvarez, realizó un estudio sobre imaginarios sociales y prácticas de consumo de alcohol en adolescentes escolarizados de escuelas públicas y privadas. De esta manera, efectuó entrevistas anónimas a 61.700 jóvenes, entre 13 y 17 años, para advertir el sentido que adquiere el beber en los chicos.

"El alcohol aparece como un instrumento para producirse según ciertos parámetros sociales. El foco pasa por ser otro, por tener una identidad circunstancial", explicó la socióloga Cecilia Arizaga, responsable del proyecto.

Los varones son los que más consumen (42,2%), mientras que las mujeres (36,6%) se ubican en segundo lugar, según datos suministrados por Graciela Ahumada, responsable técnica del estudio. Este porcentaje tiene que ver con que las niñas tienen una mayor percepción de riesgo, no sólo respecto del alcohol, sino también en relación con otras sustancias adictivas. Para Arizaga, esta percepción está asociada "al sexo y a los peligros que les pueda traer".

Según el estudio, las escuelas públicas y privadas de nuestro país participan en grados diferentes:

  • por voluntad de la institución,
  • por programas de prevención
  • o por decisiones aisladas de los docentes.

El 60% de los chicos entrevistados dijo haber recibido alguna vez una charla de prevención; sin embargo, apareció en muchos la necesidad de mayor información. "Los chicos quieren espacios de comunicación, donde puedan charlar e intercambiar opiniones. Y el estar frente a un adulto anónimo les resulta más positivo", compartió la socióloga.

Por su lado, el Plan Federal de Prevención Integral sobre el Uso de Drogas en el ámbito educativo, diseñó el programa "Quiero ser", dirigido a niños de 10 a 14 años. El proyecto ofrece temáticas adaptadas a cada edad y dinámicas participativas para implementar en el aula. Su objetivo es prevenir el consumo de drogas y ofrecer una completa información para reducir factores de riesgo frente al uso de drogas. Asimismo, le acerca a padres y docentes un manual de orientación para "sensibilizarlos y comprometerlos a participar".

El entorno familiar . La Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN) comenzó a trabajar hace 4 años, cuando el tema de las adicciones aparecía en el ámbito laboral como un problema social. Hoy, ofrecen capacitaciones gratuitas para trabajadores y familiares, en centros preventivos laborales. Se ocupan de drogas duras, tabaquismo, alcoholismo y adición al juego, y los programas que presentan también se difunden en escuelas del interior del país.

Guillermo Batista, Subsecretario de la Juventud del Consejo Directivo Nacional UPCN, acercó algunas recomendaciones para padres y docentes:

  • No abrumar con información
  • Brindar datos sintéticos, elaborados y bien direccionados
  • No hablar desde el terror ni la amenza
  • Exponer un mensaje afectivo de acompañamiento y solidaridad
  • Escuchar la problemática de los jóvenes y trabajar con sus carencias
  • Detectar conductas no habituales

Material Extraído de: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=791227

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