CONFIANZA CIEGA EN LOS HIJOS...

Con gran dificultad comencé a revisar la lista de sitios que figura en el navegador de la compu. El obstáculo no estaba en el problema técnico. Por distintas circunstancias de mi vida podía hacerlo con comodidad. Si bien no manejo el computador como ella que es una “nativa digital” la idea de revisar y controlar los sitios por los que navega me hacía sentir mal. Es que durante años confié casi ciegamente. Le enseñé a confiar en mí e hice lo mismo con respecto a lo que ella hacía o deshacía. Una vez superado los límites de la primaria, dejé que ella decidiera cuándo, cómo y cuánto estudiar; progresivamente la dejé que vuelva un poco más tarde, supervisé discretamente sus compañeros, pero ahora todo cambió.
¿Cambió o estoy super desconfiada? ¿Tengo derecho u obligación a mirar dónde y cómo navega por Internet? ¿Y los chats? Es que cada vez está más tiempo en la compu… Se queda hasta altas horas de la noche chateando, su libreta de direcciones es kilométrica y los amigos de sus amigos continuamente mandan pedidos de ser incluidos. ¡Hola! Juan te pide que lo incluyas en tu libreta de direcciones; Hola Pedro dice que quiere ser tu amigo, ¿lo incluyes? Tiene apenas 15 años. Las llamadas al celu son constantes (y supongo que no todas son amigas). El estudio se va resintiendo y el otro día me faltó algo de dinero y ni quiero pensar que fue ella.
La ficción de más arriba nos es útil para plantear el tema de la confianza ciega entre padres e hijos. En mi experiencia personal, es difícil hacer comprender a muchos padres-madres que sus hijos son diferentes a como ellos suponen que son. En la escuela muchas veces vemos conductas que en la casa no se manifiestan o que el padre se resiste a considerar. Aceptar que un hijo miente, engaña o que realiza complicadas justificaciones y explicaciones que padre-madre acepta con cierta ingenuidad –voy a la casa de Mary a estudiar y vuelvo tarde porque después nos encontramos en el shopping con Julia- supone aceptar que el hijo miente y se debe - ¿debe? - desconfiar de su palabra.
¿Ha pasado Ud. por este problema? ¿Qué opina?
Material Extraído de: http://weblogs.clarin.com/educacion/archives/2008/06/confianza_ciega_en_el_hijo_1.html

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